“El Espíritu Santo vendrá sobre ti,
y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra”.
Lc. 1, 35.
Hoy no ha sido un día más en nuestra prelatura de Moyobamba. Hoy somos testigos del poder y la misericordia de Dios que sigue llamando a hombres de este mundo colaborar con Él.
Hoy hemos sido testigos de cómo nuestro querido Roberht ha sido consagrado sacerdote por la Imposición de manos y la Oración consacratoria de nuestro Pastor Monseñor Rafael.
No dejamos de dar gracias a Dios por el don del Sacerdocio, por el don de la Vocación. Pedimos que su ejemplo de entrega libre y generosa sea un estímulo para luchar día a día con las adversidades y dificultades que se pongan en nuestro camino.
A este gran motivo de alegría se suman las palabras que nos ha dirigido esta mañana el Santo Padre Benedicto XVI en la Eucaristía celebrada a los seminaristas en la catedral de la Almudena con motivo de la JMJ que se está celebrando en estos días en Madrid. El Santo Padre nos ha pedido que afrontemos el reto "sin complejos ni mediocridad" y "siendo testigos de Dios hecho hombre, mensajeros de la altísima dignidad de la persona humana y, por consiguiente, sus defensores incondicionales". Una tarea que, comporta identificarse cada vez más con Cristo (siervo, sacerdote y víctima), dura toda la vida y, como ha reconocido, les sobrepasa. "Ya sabemos que nos sobrepasa y no lograremos cumplirla plenamente, pero, como dice san Pablo, corremos hacia la meta esperando alcanzarla", nos ha animado.
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