
Nada más terminar de comer, a la una del mediodia, nos llamaban diciendo que las reliquias de Sta. Teresita del Niño Jesús ya estaban en la puerta del Seminario. Todos fuimos corriendo, era una visita muy especial. La recibimos con sorpresa y amiración en la puerta y en seguida nos dirigimos con ella al lugar más importante de nuestro Seminario: La Capilla.
No era una rato de oración más en el seminario, no era un día cualquiera... era el día en que nos visitaba alguien que está gozando de la presencia de Dios y desde allí, cuidando e intercediendo por cada uno de nosotros. Las tres horas que pasamos en compañía de las reliquias fueron muy intensas, muy especiales... pasaron rapidísimas. El P. Roque Vásquez nos dirigio unas palabras para ayudarnos a orar, a orar con el ejemplo de vida entregada de esta Santa.
No tenemos palabras para expresar la emoción que nos embargaba al sentirnos tan dichosos por esta presencia entre nosotros de Sta. Teresita. Creo que podríamos expresarlo muy graficamente con las lágrimas de algunos de los seminaristas más pequeños... "Padre... ¡no dejes que se vayan! Esto es tan bonito..."
A Sta. Teresita del Niño Jesús encomendamos nuestro seminario y cada uno de los seminaristas. Que desde el cielo siga bendiciéndonos. Sta. Teresita del Niño Jesús, Ruega por nosotros.