El Beato Manuel Domingo y Sol dice en el fervorín del 11 de noviembre de 1900: «Hace 28 años que allá, en una modesta estancia de la casa-palacio de San Rufo, levantábamos el primer altar para satisfacer la devoción y formar el espíritu de los primeros jóvenes, residuos, la mayor parte, de escapados de la tempestad del 1868, que dispersó el seminario y que vinieron a cobijarse bajo el mandato de san José en la naciente Obra de las vocaciones eclesiásticas. Mas la modestia de aquel local no nos permitió pensar en constituir allá a Jesús sacramentado de un modo permanente» (Escritos I, 3, 22). En San Rufo se instaló permanentemente el santísimo el día 22 de abril de 1888, por concesión de León XIII (ibid., 7). En el Colegio de San José de Tortosa, fue instalado el día 14 de noviembre de 1879, «estando todavía este colegio a la mitad de su edificación» (ibid., 12). Y ese mismo día 14 de noviembre de 1879 se instituyó la llamada fiesta del Reservado: «Los alumnos todos del colegio, en atenta exposición que aún se conserva con los nombres de todos los firmantes, pidieron la permanencia de Jesús sacramentado en su compañía y, recordando el beneficio que Dios nos había hecho de poder levantar esta casa y para que fuese monumento perenne a los venideros, se resolvió instituir esta fiesta como tributo de nuestra gratitud» (ibid., 17).
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